Eliminación de residuos de la construcción: cómo hacerlo correctamente

Eliminar los residuos de la construcción generados por una reforma no es tan sencillo como podría parecer: veamos qué hay que hacer para cumplir la normativa.

Eliminación correcta de los residuos de la construcción

Eliminar los residuos de la construcción generados por una reforma no es tan sencillo como podría parecer. De hecho, está sujeta a una normativa especial que, si no se respeta, puede acarrear sanciones penales y fuertes multas.

Las escombreras y los escombros son, de hecho, residuos especiales y, como tales, no pueden eliminarse en los mismos vertederos que los residuos urbanos ordinarios, porque pueden ser altamente contaminantes.
En su lugar, deben eliminarse en vertederos especiales que también están equipados con plantas de procesamiento para el reciclado y la reutilización de materiales no nocivos.

Algunos municipios permiten, en el caso de cantidades muy limitadas de residuos de obras de construcción, su eliminación en la Isla Ecológica local. Por supuesto, deben haber previsto esta posibilidad en su programa de recogida selectiva de residuos.

En la construcción, por tanto, existen normativas específicas que indican cómo deben eliminarse correctamente los residuos pero, sobre todo, cómo pueden reciclarse o reutilizarse.

De hecho, la construcción tiene un impacto medioambiental bastante fuerte, tanto en términos de producción de residuos como de explotación de recursos. Por tanto, no basta con eliminar correctamente los residuos, sino que hay que intentar en la medida de lo posible reutilizarlos.

Clasificación de los residuos de la construcción

Los residuos de construcción y demolición se clasifican según los códigos europeos de residuos CER, que entraron en vigor en 2015.

Se generan en todas las fases de la vida de un edificio:

  • construcción
  • renovación
  • demolición

Se componen de una amplia gama de materiales, como hormigón, metal, madera, ladrillos, plásticos, materiales pétreos, y al ser diferentes pueden requerir distintos procedimientos de eliminación.
Por eso es importante clasificarlos durante las fases de procesamiento.

Es necesario separar, por ejemplo, la tierra y las rocas excavadas, que no se consideran residuos, de los materiales inertes (escombros de yeso, ladrillos, hormigón armado y no armado), de los materiales combustibles y de los que son difíciles de clasificar.

El trabajo es complejo de realizar, especialmente durante la demolición, cuando los materiales de desecho producidos son de los más variados tipos. Por este motivo, muchas empresas optan por lo que se conoce como demolición selectiva, que permite realizar una selección desde el principio.

La demolición selectiva implica un proceso de desmontaje que tiene lugar prácticamente en orden inverso a las operaciones de construcción. Obviamente, el proceso requiere más cuidado y atención que el desmontaje tradicional, en el que se r